martes, octubre 03, 2006

ROY BUDD




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ROY BUDD : EL MAESTRO A REDESCUBRIR

Al leer estas líneas muchos de vosotros habréis reparado en la repentina avalancha en los últimos años de títulos aparecidos en compacto obra del compositor británico Roy Budd. La progresiva desaparición de sus vinilos y el correspondiente encarecimiento de los títulos disponibles lo habían convertido en el autor preferido de los coleccionistas de rarezas y los discjockeys. Parece que tras muchos años de ignorancia por parte de las editoras, alguien ha fijado la tarea de resituarlo entre los primeros puestos que muchos le negaron.El gran auge que en los últimos años se ha producido sobre la música “lounge” y de las sonoridades pop ha favorecido su recuperación pública. Esta moda, que ha puesto en solfa a sexagenarios maestros como Peter Thomas, Burt Bacharach o Lalo Schifrin tiene en el caso de Budd un único inconveniente : Él no puede disfrutar de su momento de gloria.

Roy Budd nació en 1947 y fue probablemente una de las personalidades más interesantes de la banda sonora inglesa de los años setenta y ochenta.Su carácter autodidacta y su prestigio como pianista le hicieron empezar como intérprete de jazz, para especializarse posteriormente en la música cinematográfica. A lo largo de los sesenta efectuó múltiples conciertos como pianista a la vez que grababa discos hoy prácticamente inencontrables.Su declarada admiración por personalidades tales como Ennio Morricone, Henry Mancini, Jerry Goldsmith y Lalo Schifrin lo llevaron a interesarse por el cine, iniciando una carrera en que, cualitativamente, la música casi siempre estuvo por encima de las películas.

Su primera composición para el medio fue en “Soldado Azul”(Soldier Blue -1970) un mediocre western, con música de estilo jazz/folk al que accedió enviando una curiosa cinta promocional al director Ralph Nelson...¡Qué contenía temas de sus admirados Mancini, Goldsmith y Schifrin!; el éxito del film y el buen resultado comercial de las canciones que compuso, lo animaron a repetir con Ralph Nelson en “The Flight Of The Doves”(1971) que lo consolidó en el cine.

Al ser un autor autodidacta y de claras influencias jazzísticas, su estilo frente a la gran orquesta era muy rítmico y preciso. Muy fácil de reconocer y a la vez enteramente fascinante, ello le hizo popular y rápidamente colaboró con directores prestigiosos como Blake Edwards “Diagnóstico : Asesinato”(The Carey Treatment, 1972) o Donald Siegel en “El Molino Negro”(The Black Windmill, 1974) mientras componía obras interesantísimas como, por citar algunas : “Kidnapped” (1972),”Asesino Implacable”(Get Carter , 1972), “Emboscada en el Extremo Oriente”(PaperTiger, 1975), “Simbad y el Ojo del Tigre”(Simbad And The Eye Of The Tiger, 1977), la magistral “Patos Salvajes”(The Wild Geese, 1978) y ya en los ochenta las destacables “Lobos Marinos”(The Sea Wolves , 1982) y “Patos Salvajes II” (The Wild Geese II, 1986).

A Roy Budd se le marginó durante muchos años por el simple hecho de trabajar en producciones de serie B y menor categoría, cierto es que títulos como “Mamma Dracula” (1980) o “Campo del Honor (Field of Honor , 1986) no son nada recomendables, pero las partituras que para ellos compuso mantenían unos altos niveles de calidad.
Su entrada en la década de los noventa estuvo ligada a una reducción de su trabajo para el cine y un mayor interés en la dirección de orquesta. Sus grabaciones de clásicos como Alfred Newman, Victor Young, Hugo Friedhofer o la trilogía de “Star Wars” con la London Symphony Orchestra son absolutamente impecables y su muerte, acontecida repentinamente en Agosto de 1993, truncó un futuro prometedor que le abría nuevas posibilidades. En el camino quedó incompleta su partitura orquestal para el clásico del cine mudo “The Phantom of The Opera”, que él mismo consideraba como su obra definitiva.

Los Compactos :

Estos últimos compactos son resultado de una iniciativa de la editora Castle Comunications, que ha anunciado su disposición para editar el máximo número posible de títulos de este interesante compositor.Incluso se han efectuado ediciones especiales en formato LP para coleccionistas. Los compactos tienen un precio algo más reducido de lo habitual, lo que es una gran ventaja. El sonido está convenientemente remasterizado y las carpetillas internas rebosan de información suplementaria.
Un repaso sobre las últimas ediciones nos permiten localizar los siguientes títulos : La recopilación “The Rebirth of The Budd”, una esencial introducción a todo su universo sonoro, que incluye joyas como los temas principales de “Get Carter” y “Zepppelin” y también adaptaciones de temas standart de Mancini, Morricone y otros. En edición completa se encuentra “Asesino Implacable”(Get Carter, 1971) con un legendario tema principal que por primera vez se puede escuchar en sonido estereo. También disponible y mucho más melódica fue su partitura para “Emboscada en el Extremo Oriente”(PaperTiger, 1972) al componerle a su productor Euan Lloyd “un gran tema, con una gran sonoridad”. Esta obra es muy ambiciosa y con un concepto mucho más orquestal -National Philharmonic Orchestra- e incluye una preciosa canción (“Who Knows The Answers”?) interpretada en la grabación por la orquesta de Ray Conniff.
El compacto de “El Miedo es la llave”(Fear is The Key, 1973), que ya conocíamos en su edición japonesa, presenta una genial partitura de acción, grabada en excelente sonido muy al estilo de las composiciones del mencionado Schifrin. Destaca ante todo el tema “The Car Chase” un tour de force de acción, con más de nueve miunutos de Pop/Jazz setentero.
Hasta ahora nunca publicada, la antológica partitura de ”El Molino Negro”(The Black Windmill, 1973), film curiosamente dirigido por Donald Siegel, es otro festival de Pop y ritmos frenéticos, mezclados con conceptos sinfónicos, al igual que “Diamantes”(Diamonds, 1975), otra ejemplar partitura con influencias pop, que en su momento fue editada en un vinilo, hoy inencontrable.
Con el último compacto aparecido, el correspondiente a “Simbad y el Ojo del Tigre”(Simbad and the Eye of The Tiger, 1979) hay que tener cuidado puesto que también está en el mercado una versión de la editora TickerTape (ex-Tsunami) de sonido absolutamente infame. El Cd “oficial” expone por primera vez una apoteosis de música orquestal de gran clasicismo e inventiva, que bebe de fuentes como Rimsky Korsakov, Miklos Rozsa o Alfred Newmann, pero que también muestra el estilo rápido y Jazzístico de Budd aplicado a una orquesta sinfónica.

Una última remesa de títulos , entre ellos “Flight of The Doves”(1971) , “The Marseille Contract”(1973) y la mítica “Patos Salvajes” (The Wild Geese)(1978) muestran al autor en todo su esplendor y variedad estilística. Recomendamos la oportunidad brindada por las ediciones en compacto para analizar las variantes, los logros, el talento en definitiva, de un músico de cine muy camaleónico, que no tuvo la suerte que merecía.